Salgo a tomar aire, pero el aire ahora, el aire acá es tóxico. Abro mis alas, pero ellas sólo se contaminan más y más.
Entonces... ¿qué debo hacer? Olvidar, olvidarme por un momento de la pudredumbre de este lugar y volar hasta encontrar aires puros, aires frescos y sanos. Aires purificantes, donde al fin pueda respirar y hallar la tan codiciada paz interior. Debo olvidar, para así poder recordar los motivos de mi felicidad y recuperar mi preciada libertad. ♥
sábado, 24 de abril de 2010
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