viernes, 22 de julio de 2011

Desconexión rosa ~


Confesiones espontáneas, instantáneas se desprenden de nosotras de a una por vez. Se entrelazan, se mezclan y se funden formando una catarata de convicciones sobre la vida misma. Canciones de protesta nos acompañan en esta tarde-noche antes amargada por la incertidumbre. Suelo insistir con que somos dos seres fusionados en un solo cuerpo (o al revés). Pero acabo por percatarme de que no lo somos, y vuelvo a la conclusión de que sólo somos dos bolas de energía danzando en el mismo universo, persiguiendo quizás a un mismo fin.
Aunque todo eso no importa realmente, yo te amo y me hacés el muffin más feliz del mundo.

martes, 19 de julio de 2011

Despues del maremoto, amanezco en paz.


Estás en mi y siempre vas a estarlo, como todas las demás. Es un poco extraño lo que siento en este momento: pienso en vos, pero como algo que no fue, y nada más que eso. No te extraño, al menos no con dolor; me gustaría que sigas llamándome de vez en cuando, para saber cómo va tu vida, quizás tomar un helado... pero no más que eso. Encontré al fin una chica que sabe hacerme feliz y darme cierto nivel de paz interior. Después de todo, eso es lo que uno siempre busca, no? Quisiera que leas esto, creo que sería lindo si lo hicieras.

martes, 5 de julio de 2011

Tarde en el polo

"Hace mucho frío", repiten todos. Se me congelan la nariz, las manos. Una voz repetitiva, monocromática, que no se calla. Nunca se calla. Tengo algunos libros, pero el viento frío que soplan las páginas al pasar, se vuelve una tortura. La pared esta fría, mis piernas cruzadas, cuello doblado.
Tarde de junio, hace frío. Miro mis lápices con ganas, pero con los dedos duros no sirvo para dibujar. ¿Dónde mierda te metiste, calorcito de otoño? Moriste en mi cumpleaños, me dejaste en marzo, te quedaste en abril.

Si tengo tus labios de miel para mí...


Son las doce y cuarenta, a mitad del mes de junio. La lluvia débil del día concluyó en una hermosa tormenta, perfecta como pocas, invitando a la nostalgia.
Te leo algo de Cortázar, entre corazones garabateados con lapicera azul y mis lentes empañados. Julio nos absorbe de a poco, al igual que vos lo hacés conmigo. Tu energía me vuelve rosa, me llena de música y sabor, me alimentás mientras mi sol descansa -sos rebonita cuando te reís-. Un popurrí de colores se me desprende del cuerpo sin dejar de estar en mí. Gracias por otro día, linda.

You are always on my mind

Pienso. Pienso y pienso. A veces no hace bien tanto pensar. No puedo saborear -como quisiera- la felicidad de lo que ahora me toca, tu fantasma siempre me invade. No creo que debamos estar juntas; es más, a veces logro ver con sobriedad la situación, y pienso que no quiero mi vida a tu lado. Quizás mi empeño en borrarte de mi corazón (aunque sea un poquito) sirviera de algo si no aparecieras cada vez que estoy por lograrlo.