
El otoño se acerca tan inminente, y tan impotente me siento yo ahora. Otra vez volver al tecito y a la lluvia de melancolía de mediatarde, de medianoche, de mediamañana. A extrañarte y buscar a alguien más en el intento de llenar el vacío que dejás en mí cada vez que te vas. Escupo palabras. Escupo dolor. Escupo agonía y vuelvo a ser yo. ¿Qué será de mí el día que las letras mueran? Ojalá ese día nunca llegue.
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